lunes, 28 de septiembre de 2009

Marian Ovalles.Premisas para una estrategia de gobierno electrónico en la gerencia de la virtualización universitaria

Revista Venezolana de Gerencia
ISSN 1315-9984.

En el presente artículo se plantean reflexiones y premisas para configurar al gobierno electrónico como una estrategia de gestión de la virtualización de la Educación Superior apoyada en el uso de las TIC, más allá de la informatización e incorporación de valor a las funciones universitarias, especialmente hacia la búsqueda del mejoramiento de la calidad en la prestación de los servicios y su vinculación con la sociedad. Se propone el desarrollo, elaboración e implantación de un proyecto institucional estratégico de innovación tecnológica para el gobierno electrónico teniendo en cuenta que la gestión social del proceso de transformación de la cultura organizativa es tanto o más importante que la gestión técnica El trabajo con enfoque metodológico teórico-documental, se desagrega del proyecto de investigación “Las tecnologías de la información y la comunicación como herramienta de innovación en la gestión universitaria”, adscrito a la Línea de investigación Tecnologías de información y comunicación, docencia e innovación, en la UPEL-IPB; relacionado a su vez con proyectos del Programa “Educación y Calidad de Vida” de LUZ Punto Fijo y el proyecto “Las TIC y la modernización universitaria” de la UNEXPO-Barquisimeto.


Impacto de las TIC en el entorno educativo universitario

En la actualidad, se vive un proceso histórico de evolución social a partir de lo que se dio por llamar en la década de los ochenta como las nuevas tecnologías de la información y las comunicación. Este fenómeno tecnológico trajo como consecuencia la configuración de una nueva estructura social y en términos generales, un nuevo tipo de sociedad a la que se le ha etiquetado como “sociedad informacional” o “sociedad de la información”, la cual ha evolucionado hacia la denominada “sociedad del conocimiento” cuyo modo de desarrollo y estructuración social está basado en la nueva matriz tecnológica fundamentada en el uso intensivo de las TIC.

Se denominan Tecnologías de la Información y las Comunicación (en adelante: TIC) al conjunto de tecnologías que permiten la adquisición, producción, almacenamiento, tratamiento, comunicación, registro y presentación de informaciones, en forma de voz, imágenes y datos contenidos en señales de naturaleza acústica, óptica o electromagnética. Las TIC incluyen la electrónica como tecnología base que soporta el desarrollo de las telecomunicaciones, la informática y el audiovisual; entre las características que las distingue se puede mencionar que son: interactivas, instantáneas, innovadoras, digitales, automáticas, interconectadas, diversas y presentan altos parámetros de calidad de imagen y sonido.

El paradigma de las TIC son las redes informáticas. De hecho, las computadoras personales de manera aislada, ofrecen una gran cantidad de posibilidades, pero conectadas incrementan su funcionalidad en varios órdenes de magnitud. Formando redes, estos equipos no sólo sirven para procesar información almacenada en soportes físicos (disco duro, disquetes, CD ROM, memorias, entre otros) en cualquier formato digital, sino también como herramienta para acceder a información, a recursos y servicios prestados por computadores remotos, como sistema de publicación y difusión de la información y como medio de comunicación entre seres humanos. Todo ello ha hecho de Internet un fenómeno con el que, actualmente es preciso contar en todas las esferas de la actividad humana.

Es el amplio uso de la red de Internet, lo que dinamiza la sociedad de la información hacia la complejización de fenómenos que van más allá de lo tecnológico como son la globalización, la virtualización, la interactividad y la construcción de nuevos espacios colectivos. Tal universalización de las relaciones sociales, de la información y del conocimiento es lo que a su vez Castells (1997) llama “La Sociedad Red”.

Las consecuencias de este nuevo paradigma están provocando continuas transformaciones en las estructuras económicas, sociales y culturales. Su gran impacto en todos los ámbitos de la vida hace difícil que se pueda actuar eficientemente prescindiendo de ellas: el mundo laboral, la sanidad, la gestión económica o burocrática, el diseño industrial o artístico, la comunicación interpersonal, el comercio, la información, la calidad de vida o la educación, han generado nuevas formas de organización del trabajo, la aparición de mercados emergentes, de nuevos contenidos y perfiles ocupacionales, entre otros.

Siendo la información y el conocimiento ejes centrales de la nueva sociedad emergente, no cabe duda que el sustento que los alimenta y mantiene sea la triada que forman los vectores del aprendizaje, la instrucción y la educación. No es de extrañar entonces, que las instituciones de educación superior estén apostando decididamente por las TIC a partir de revisión y replanteamiento de los modelos educativos implementados hasta ahora. Es por ello que la introducción y desarrollo de las TIC plantean nuevos retos de crucial relevancia al mundo educativo universitario que obligan a asumir y decidir una diversidad de respuestas y alternativas; tales retos son para Rama (2005) equiparables a los “shocks” denominados por Alvin Toffler, al referir que:

El impacto de las nuevas tecnologías, está cambiando el panorama global, permitiendo acortar las distancias al expandir la educación fronteriza, generar la educación virtual y viabilizar no sólo una práctica pedagógica y una educación no presencial, sino la expansión de la sociedad del conocimiento asociada a la autopista de la información para todos los intangibles, y destacadamente, para la Educación Superior (p. 189-190).

Es por ello que un número cada vez mayor de universidades en todo el mundo está exigiendo la alfabetización electrónica como uno de los requisitos en sus exámenes de acceso y de graduación, por considerar que es un objetivo esencial preparar a los futuros profesionales para la era digital en los centros de trabajo.

Destaca, tal como lo plantean García y Pinto (2005) que las universidades por mandato de la ley, tienen el compromiso y la obligación de formar el potencial humano que con visión de futuro será el encargado de dirigir el país en todos los ordenes: salud, educación y economía. Por lo cual el profesor universitario debe contar con un perfil profesional actualizado, innovador y creativo, en consonancia con los nuevos retos a los que las TIC la obligan, que a su vez, le permita el desarrollo de su misión con criterios de calidad y excelencia, cumpliendo, dentro de éstos parámetros, sus funciones básicas de docencia, investigación, extensión y producción.

En este sentido, resulta innegable que las funciones referidas, conforman una cadena de referencia indispensable para garantizar la misión, visión y valores de la universidad que debe estar en armonía con los vertiginosos y acelerados cambios que tienen lugar en el mundo actual, donde las TIC, ofrecen la garantía de posibilidades para identificar, analizar y resolver los problemas y desafíos de preparación en la nueva era digital.

Las respuestas a estos desafíos se han venido gestando en los últimos 10 ó 15 años, y en la actualidad se puede evidenciar que la expresión y los perfiles de la universidad han cambiado considerablemente. Es así como la masificación, la redefinición de las relaciones enseñanza aprendizaje, la formación permanente y el aprendizaje a distancia aparecen como algunos de los factores dominantes de esta transformación. La universidad se encuentra ante nuevos procedimientos incorporados a los quehaceres académicos tradicionales, tales como, el aprendizaje en línea o e-learning, aprendizaje colaborativo, autoeducación, autoformación, aulas virtuales, tele clases o tele conferencias, redes de aprendizaje, redes de investigación, bibliotecas digitales, revistas académicas electrónicas, entre otros.

Efectivamente al desarrollo de las TIC se añade a los mencionados a partir de la creación de nuevos espacios integradores para las acciones de educación superior, entornos de comunicación que establecen nuevas formas de interacción entre los miembros de la comunidad académica. Con las redes telemáticas es posible que esta interacción se produzca de forma sincrónica (mediante la videoconferencia o a través del chat) o bien asincrónica (mediante el correo electrónico o el foro de discusión).

Esta forma de comunicación entre los actores académicos deviene de la interactividad, como fenómeno distintivo incorporado a través del Internet el cual permite que junto a la realidad física, aparezca una nueva realidad, la virtual. Lo que ha dado lugar a la tendencia cada vez más creciente de la conformación de espacios virtuales, comunidades académicas virtuales o campus virtuales.

La dimensión interactiva se propaga desde el ambiente de aprendizaje al entorno institucional, dándoles un nuevo carácter a las instituciones de educación superior: universidad interactiva o universidad virtual. Tal como refiere Rumble (1998, cit por Angulo, 2000) “...El basarse en los valores académicos tradicionales que embonan bien con los valores de las organizaciones postburocráticas, proporcionan la base para el surgimiento de una nueva clase de universidad. Usando el término preferido de Hecksher, organización interactiva, misma que yo llamo universidad interactiva”.

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